viernes, 7 de diciembre de 2012

Sobre la “ortodoxia” peronista, el progresismo y lo que se viene



Hay algunos temas espinosos en la blogósfera peronista K y no K (o más o menos K). Uno de ellos es el de la “ortodoxia” y los “sempais” del peronismo, o al menos los que se sienten tales.


Si bien es un tema que por lo general va y viene todo el tiempo (como el de porteños versus interior), estos últimos tiempos está asomando tibiamente de nuevo. Es lógico, se acaba obligadamente, inevitablemente, una etapa del peronismo kirchnerista, que podrá lugar a otra etapa de peronismo kirchnerista, o de otro peronismo, o de otra cosa. No sabemos. Pero la pelea por la herencia del peronismo K está a la vuelta de la esquina. Y creo que éste temita de los “ortodoxos de pura cepa” por un lado y los “progres K no peronistas” por otro se va a hacer cada vez más intenso.
El interés por escribir algo sobre este tema me lo despertó un comentario que hace un lector del Blog del Ingeniero en ésta nota, hace unos días. Cito:
“Por que no nos regala Omix, su definicion sobre los peronistas que votamos por Nestor, trabajamos para la campaña 2003 y seguimos votando K. A el le encanta pensar que en el kirchnerismo es la progresia (segun Artemio 8 por ciento de los votos), no dice nada del peronismo K (41 por ciento) segun Arte). Es mas facil asi escudarse y de esta manera sugerir que el kirchnerismo no es PERONISTA, UNA MANERA DE SENTIRSE ORTODOXO. Linda forma de ocultar la mas formidable estafa a los valores peronistas en serio, soberania politica, indepencia economica y justicia social. Omix es uno de los que cree que el peronismo es la Ideologia del Poder como dice Asis. Con esa excusa el travestismo politico squeda justificado, no hay memoria del noventismo neoliberal que nos termino de destruir y entrego al pueblo atado de pies y manos a las corporaciones. Para el, todo seigual. Y el enemigo es la progresia atraida por lo nacional y popular, Marìa Julia no, Bunge y Born, no, la embassy tampoco. Por eso ni se mosquea con los teces con masitas de Massita.”
Amén de la redacción, el comentario me parece muy acertado en un sentido: en los límites de etiquetar al otro tan ligeramente. Y no se trata de  atacar por elevación a Omix puntualmente, con cuyas opiniones no suelo coincidir. Es más, no tengo constancia de que realmente Omix vea al peronismo como Jorge Asis, o que para el todo sea igual. De hecho, en la descripción que hace Omix de los kirchneristas presuntamente no peronistas, y que motiva esta respuesta, no me siento aludido ni representado, y de hecho he expresado en varias oportunidades acá y en otros blogs por qué creo que Scioli puede ser una buena carta para la continuidad del peronismo en el poder y la supervivencia de mucho de lo bueno que ha hecho el kirchnerismo.
Pero lo que sí es cierto es que cuando menos es muy discutible la idea de que hay una progresía intentando adueñarse de un peronismo del que hay que tener ADN peronista (¿?) para poder sentirse representado, o tener voz y voto: de última, todos nuestros votos el día de las elecciones valen uno. Es tan simplista como haberse creído progresistas estando en la misma lista que Scioli y un par de meses después decir que el kirchnerismo es la derecha porque está con Scioli (¿alguien habló de LDS?). O creer que el 54% se debió a los votos de gente encantada con 678. O que sólo es por el viento de cola y el gobierno, con Cristina a la cabeza, es una manga de boludos que se comen los mocos. Este tipo de simplificaciones o calificaciones a la ligera del otro atentan contra la construcción de una fuerza verdaderamente nacional y popular, y cuando digo nacional y popular no necesariamente digo de izquierda o centroizquierda, como muchas veces se mal entiende. Por eso, aunque yo tengo mi posición y mi tendencia, entiendo que no es lo mismo una centroderecha nacional y popular (léase, Scioli el caso de moda) que difícilmente pensaría en reprivatizaciones compulsivas, recorte a ciertos subsidios o ayudas sociales, o transferencia de los recursos de la salud y la educación públicas al sector privado, por poner ejemplos, que una centroderecha netamente de corte neoliberal, privatista y antipopulista (Macri, por ejemplo) que viene planteando y en casos aplicando políticas de este tipo hace rato.
El nacimiento de las PASO debería ser la garantía de que todas las expresiones dentro de cada movimiento o partido estén expresadas y cada una tenga el derecho de ser representada dentro de ese sector al que se siente que pertenece. Y, en definitiva, serán los electores que se sientan representados por esa fuerza o movimiento los que decidan quien lo representa realmente. Y los peronistas elegiremos si nos representa Boudou, Mariotto y La Cámpora, o Scioli, Massa y La Juan Domingo. Y después podremos decidir si acompañamos a los ganadores de la interna abierta o si no, a fin de cuentas toda posición es aceptable, más aún cuando se hace sin intenciones especulativas –como el caso de ciertos dirigentes, como Francisco De Narváez que utiliza el sello peronista para construir su carrera política porque garpa, pero llama “clases inferiores” a los más humildes, o del menemismo en los años ‘90.
Si bien tengo mis simpatías mas por unos que por otros, reitero, me cuesta entender a ambos bandos que se cascotean, porque creo que ambas posiciones son inconducentes. Si realmente hay internas, que es lo que debería pasar si las PASO sirven para algo, es el elector que elige el FPV-peronismo como su fuerza política el que, a fin de cuentas, va a decidir qué es lo que quiere que sea la sucesión de Cristina Kirchner y éste estilo de peronismo. Una cosa es apostar, militar, construir desde un determinado lugar y otra muy diferente, creo, pretender anular al  que lo quiere hacer desde otro porque yo soy el dueño de la verdad o, peor, pertenezco a una casta más pura y vos sos un infiltrado o un traidor.
Habrá que ver que nos depara el futuro. Por lo pronto, tenemos las elecciones de medio término en tan sólo unos cuantos meses, ahí –y a partir de ahí– la cosa seguramente se va a poner movidita.

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